El uso de un pañuelito que siempre se ocultaba en el puño de la manga de un abrigo o camisa, en ocasiones en un lado del sujetador. Este es mí recuerdo...
En tu brazo, calladita
guardas un pañuelo blanco,
arrugadito de viejo
con bordado a labranza
y en las puntas dos cenefas
de esas, que ya no se hallan.
Un bordado de antaño,
aprendido de la abuela
en las tardes de otras épocas
sentadas en las aceras.
Ella, esconde en su manga
un pañuelito de lino-seda
que saca en su momento
a veces, secar sus lágrimas,
otras veces solo calores,
y otras, limpia algunas penas,
penas ajenas...
En su brazo, madre mía
un pañuelo de añoranzas
que siempre está a tu lado
en alegrías desesperadas.
Él conoce tu sentir
sabe bien de tus rumores
es noble, siempre hacia ti
y encubridor de tus dones.
En la manga de tu brazo
siempre llevas un pañuelo
que conoce bien tu andar,
tus esfuerzos, tus caprichos
tus amores, tus anhelos
y al paso de tantos años,
sus hilos se van gastando
como se gasta a su par, tu rostro
tus mejillas, tus canas y tus recuerdos.
Hoy madre mía,
envejece a tu lado
el tiempo se lleva andado
secando en cada trazo
un pedacitos de tu alma
con sus cenefas gastadas.
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| Doña Apolonia Ramos A. (Abuela) |
