En
la sala comedor
un
reloj se engalana
con
su suave tic tac
y
sus melodiosas campanadas.
Es
toda una antigüedad
desde
inicios de familia
y
con sus suaves tic tac
va
marcándonos la vida.
En
su caja de madera
torneada
por tantos mimos,
un
cristal es su careta
y
un péndulo su ritmo.
Viejo
reloj de pared
añejo,
rancio, escarolado,
caminas
con el tiempo
en
cada toque del lapso
recordando un lugar,
una
melodía, un abrazo
que
bien sé, no volverá
aunque
yo, lo desee tanto…
Autora.
_ Oneida Pérez "Ofly"
Colección
"Lacitos de Azúcar Poemas de Miel"
© Derechos
Reservados.
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