Esa noche, como muchas otras me fui a dormir. Sin tiempo o
espacio, simplemente me vi en medio de unas grandes puertas, parecidas a las de
los graneros. Era consciente que físicamente no me encontraba en medio del
lugar y muchos menos enfrente de esas dos puertas abiertas. Sólo era mi
espíritu que vagaba en un sueño… Así, comencé a caminar o más bien eso pensaba.
Mis pies sentían el frío de las piedras y mi cara el sereno de la noche.
Mientras entraba en aquel recinto, observé una especie de túnel, donde fui
testigo de un cúmulo de cadáveres a ambos lados de aquel lugar. Pude ver al
personal médico apilando cuerpos, unos sobre otros a causa de la gran cantidad
de fallecidos que surgían de la nada. Ellos hacían su trabajo, lo más humano
posible y en sus caras se apreciaba la voluntad de lucha. Caminé por medio de
todo siguiendo una especie de túnel; en el camino pude observar que muchos de
esos cuerpos eran conocidos para mí. Sentí miedo, desesperación, angustia y
sobre todo, el esfuerzo sobrehumano de tantos hombres y mujeres para combatir
la crisis que presentaban. Al final, pude observar una luz que me indicaba la
salida. Al lado de ese resplandor, unas nuevas puertas y en la salida detallé a
un Ser de Luz, que me dijo: - ¿Qué puedo hacer por ti? Y simplemente le pedí:
-Borra de mi conciencia toda aquella persona que vi fallecida… Él así, me lo
concedió. Al despertar recordé toda la escena, más no las caras de nadie. ¡Ese
era mi verdadero terror!
Autora. _ Oneida Pérez "Ofly"
©Derechos Reservados.
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