Dijo el ratón a la luna,
sentado sobre la cerca:
-Oye lunita de mi alma,
¿por qué eres tan coqueta?
-No respondes mis halagos
y mis cariños de poeta,
eres muy apreciada
en mis versos de alborada.
Ella solito lo escucha
y se hace la muñeca,
por creerse muy, muy luna
ante un roedor de calleja.
El ratoncito valiente
le proclamó su cariño
y la luna majadera
tan sólo, mandó un guiño…
Autora.
_ Oneida Pérez “Ofly”
Me alegro mucho Carmen, el tuyo también es bien bonito.
ResponderEliminarY con un guiño me conformo de una luna inmensa y firme, porque sé que ella vendrá a verme todos los días
ResponderEliminarSi es todo amor esa luna, saludos.
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