En un hospital de cuento
se atienden muñecas rotas.
Han perdido su bracito
o tienen agujeritos.
A veces, llegan calvitas
por pasar un tiempo enfermas,
sin su bella cabellera
de seda o estambre perla.
Se reponen al instante
cualquiera que sea el disparate
para que salgan felices
por haberse sanado rápido.
Las muñecas que se atienden
vienen un poco maltrechas
por las niñas juguetonas
que las rompen sin malicia
o las aman a tirones.
Un ojito, una oreja,
la ceja se la pintaron,
¡hay qué pena! ¡qué pena!
las muñecas han cambiado.
En un hospital de cuento
se atienden muchas muñecas.
Vestidos hecho jirones
o con zapatos que no son de ellas…
Unas lentejuelas descosidas
de la “diva muñequita”
quien perdió su zarcillo
de perlas con brillantinas.
El cabello trasquilado
de muñecas elegantes
por unas niñas que sueñan
ser estilistas de fama.
Pierden sortijas, relojes
o unos cintillos de lata,
un collar de estrella fina
y también un talismán
para alejar a las niñas
que las quieran lastimar.
Se zurcen con hilos finos,
con botones de canela,
ovillos de estambres velludos
y tafetán de la abuela.
Un dedal bien ajustado
al meñique de la costurera
y la aguja bien finiiitaaa
para que la puntada no duela.
Se atienden muñecas rotas
en el hospital de cuentos.
Niñas… ¡Por favor! ¡Cuidado!
Cuando jueguen con ellas,
trátenlas con bondad
por que son sus compañeras.
Autora. _ Oneida Pérez “Ofly”
Colección “Lacitos de Azúcar Poemas de Miel”
© Derechos Reservados 🎀
Gracias amiga, lo valoro un montón. Saludos.
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