Un poema hecho historia sobre el amor. Entre tantos ejemplos de vida,
vividos con el corazón.
"Bien lo sabían las gaviotas
que vuelan sobre la mar…"
un mundo de sol y juegos.
Todos los seres del mar
Todos los seres del mar
entre los pasos del tiempo.
Sobre arenas pintadas
un día de veraniego,
construyendo un castillo
como se construyen sueños.
Recuerdos en una playa
cuando aún era un niño...
pasaste a mi lado,
con tu traje de lunares
y sombrero asolapado.
Una linda picardía
derribó a mi castillo…
Un castillo sin princesa,
-hasta ese día domingo. -
Todo cambió de repente.
La rabia a un amor eterno.
Tan solo, te alejaste
ante aquella villanía
provocada por tu pie,
travieso y descalzo.
Mis ojos dijeron, ¡adiós!
como toda una locura.
derribó a mi castillo…
Un castillo sin princesa,
-hasta ese día domingo. -
La rabia a un amor eterno.
Tan solo, te alejaste
ante aquella villanía
provocada por tu pie,
travieso y descalzo.
como toda una locura.
Un adiós que no escuchaste
un adiós, sin onda alguna.
Pero la vida sorprende
como nadie lo ha podido
y en el cole entre amigos,
te volví a traer conmigo.
¡Ya con nombre y con rostro!
Un rostro nada cubierto
por destellos de un sol
encubridor de tus juegos…
Desde entonces, para mí
como nadie lo ha podido
y en el cole entre amigos,
te volví a traer conmigo.
¡Ya con nombre y con rostro!
Un rostro nada cubierto
por destellos de un sol
encubridor de tus juegos…
Desde entonces, para mí
desde aquella chiquillada
un bambolear de olas
y gaviotas alejadas.
Todo nos unió a los dos
mientras los años pasaban,
mientras nuestro amor escalaba
una montaña empinada.
Años mansos del tiempo
tejido entre los dos,
donde buenos amigos
y aquel amor de muchachos,
se enlazó en bella unión.
Como columnas de mármol
ante la vida luchamos
y al llegar la ancianidad,
más amor pudimos darnos.
Entre hijos que se van
y los nietos que regresan
nos cubrió la tradición
-fortalezas hogareñas.-
Hoy llevo un caracol
que le pedí a la arena,
piedritas de agua y sal
y unas olas revueltas.
Sobre tu tumba, un castillo
construiré con arena,
arena de aquella playa
tejido entre los dos,
donde buenos amigos
y aquel amor de muchachos,
se enlazó en bella unión.
ante la vida luchamos
y al llegar la ancianidad,
más amor pudimos darnos.
y los nietos que regresan
nos cubrió la tradición
-fortalezas hogareñas.-
que le pedí a la arena,
piedritas de agua y sal
y unas olas revueltas.
construiré con arena,
arena de aquella playa
esa playa veraniega...
He de esperar el recuerdo
donde pasas y lo avientas…
Testigo de aquel amor
cómplice de nuestras tretas.
contadas por las gaviotas:
De una chica formidable
y un castillo glorioso.
Donde vivieron felices
un rey muy enamorado
y una reina de lunares
con sombrero asolapado.
un rey muy enamorado
y una reina de lunares
con sombrero asolapado.
"Bien lo sabían, las gaviotas
la tarde de aquellos años..."
Autora.
_ Oneida Pérez “Ofly”
Colección
“Lacitos de Azúcar Poemas de Miel II”
©Derechos Reservados 🎀
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