El Museo no era gran cosa. Mi cerebro percibía sensaciones; un don oculto. Mis ojos no obedecían, los oídos escuchaban ruidos y el tacto sentía la invasión del espacio. La presencia buscaba respuestas. ¡Pero qué va! No era suficiente para eso. Llegó la fase de orar a ver si se alejaba. Abrumado pasé a salir del Museo, ante la insistencia de esa cosa. Cansado recité el Padre Nuestro. Nunca esperé me forzaran a un viaje que no deseaba hacer. Aun eso está conmigo y salió del Museo gracias a mí…
Colección. _ Lacitos De Azúcar Poemas De Miel
Derechos Reservados
Ilustración. _ GeorgeB2
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